“Tuvieron que sacar a un convicto de la cárcel para votar”: Petro no calló tras la aparición de Ciro Ramírez en el Senado para frenar su Consulta Popular

Ciro Ramírez, recién liberado tras señalamientos de corrupción, regresó al Senado para hundir la consulta popular de Petro, desatando una tormenta política.

Ciro Ramírez, del Centro Democrático, regresó al Senado tras ser liberado el pasado 2 de mayo de 2025. Ramírez, investigado por su presunta participación en el escándalo de corrupción conocido como ‘Las Marionetas’, retomó su curul en el Senado en un momento crucial: la votación de la consulta popular propuesta por el presidente Gustavo Petro.

La Corte Suprema de Justicia ordenó su liberación al considerar que no representaba un peligro para la investigación en curso. Sin embargo, su regreso al Congreso y su voto en contra de la consulta han generado controversia, especialmente entre los seguidores del presidente Petro, quienes ven en su participación una afrenta a la voluntad popular.

Desde China, donde se encuentra en una visita diplomática, el presidente Petro expresó su descontento con la decisión del Senado y la participación de Ramírez: «Tuvieron que sacar a un convicto de la cárcel para votar y ni aún así, ganaron. Que viva la consulta popular. Llegó la hora del pueblo.»

Estas declaraciones reflejan la indignación del mandatario ante lo que considera una manipulación del proceso democrático por parte de sectores opositores.

La presencia de Ramírez en el Senado y su voto decisivo han reavivado el debate sobre la integridad del proceso legislativo y la influencia de políticos investigados por corrupción en decisiones fundamentales para el país.

Mientras tanto, el presidente Petro ha convocado a la ciudadanía a manifestarse pacíficamente en cabildos abiertos en todo el país, reiterando su compromiso con la voluntad popular y la lucha contra la corrupción: «La respuesta a la corrupción y al fraude en el Senado será tranquila, será alegre. No se ejercerá violencia sobre nadie, ojo, la violencia es de ellos, no del pueblo. Tiene que ser profundamente contundente.»

La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de la reforma laboral y la capacidad del gobierno para implementar cambios significativos en medio de una oposición fortalecida y cuestionamientos sobre la legitimidad de ciertos actores políticos.

En este contexto, la figura de Ciro Ramírez se convierte en símbolo de las tensiones entre las aspiraciones de cambio del gobierno y las resistencias de sectores tradicionales, algunos de ellos marcados por escándalos de corrupción.

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