En un nuevo escándalo mediático que levanta serias dudas sobre el rigor informativo de los medios tradicionales, Caracol Radio quedó en evidencia tras difundir chats falsos supuestamente relacionados con el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay.
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La emisora publicó en sus redes sociales, el pasado 7 de junio, una imagen con capturas de WhatsApp que atribuía al menor de edad que disparó contra Uribe. En el mensaje, un supuesto sujeto identificado como “John Estiven” ordenaba: “Tiene que ser hoy” y “A la hora que sea”.
Los mensajes, según Caracol, aparecieron en el celular del menor detenido y eran prueba de una planeación criminal del atentado. Sin embargo, horas después, la propia emisora tuvo que retractarse: los chats no pertenecían al caso Uribe, sino a otro proceso judicial relacionado con un hurto.
#UnidadInvestigativa @CaracolRadio | Chats atribuidos a joven que disparó contra @MiguelUribeT son de otro caso judicial. Los mensajes de WhatsApp publicados están relacionados con un hurto y no con el atentado al precandidato. @andresGgaitan pic.twitter.com/ln9qA3DuGM
— ÚltimaHoraCaracol (@UltimaHoraCR) June 9, 2025
Aunque Caracol Radio intentó corregir el error con una escueta publicación reconociendo que los mensajes correspondían a “otro caso judicial”, la pregunta es inevitable: ¿cómo se puede cometer un error de esa magnitud en un caso tan delicado?
A esto se suma otro episodio igualmente problemático: la emisora dio a entender que el atacante utilizó la aplicación de transporte InDrive para llegar al lugar del atentado, lo que llevó a la empresa a emitir un comunicado tajante: “Reiteramos nuestra total disposición a colaborar con las autoridades y proporcionar toda la información que nos sea solicitada de manera oficial”, señaló InDrive.
“El menor que perpetró el atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay NO utilizó nuestros servicios”, aclaró la compañía.
La difusión de información falsa en un contexto tan delicado no es un simple error periodístico, sino una irresponsabilidad que pone en riesgo la integridad de las investigaciones, genera pánico y desinforma a la opinión pública. Lo más grave: perjudica aún más el ya deteriorado ambiente político del país.
#ATENCIÓN La aplicación de transporte InDrive informó que el menor que perpetró el atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay NO utilizó sus servicios, como se señala en un chat revelado por la Unidad Investigativa de @CaracolRadio.
— ÚltimaHoraCaracol (@UltimaHoraCR) June 8, 2025
La plataforma indicó que… pic.twitter.com/yImqApQfwP
Sectores afines al uribismo aprovecharon los supuestos chats para responsabilizar indirectamente al gobierno nacional, al tiempo que los medios como Caracol amplificaban la versión sin verificación alguna.
El Centro Democrático no se han pronunciado sobre el grave error informativo. La indignación por el atentado, completamente legítima, no puede justificar la manipulación mediática. Resulta preocupante que desde sectores de oposición se mantenga el silencio ante una mentira de este calibre, que no solo enturbia la investigación, sino que también profundiza la desconfianza ciudadana hacia los medios y las instituciones.
Y así comienza la desinformación, solo que el daño ya está hecho y lo que hacen es generar toda una maraña de especulaciones, como esa de que se desapareció un celular cuando lo que hoy se sabe es que no había alguno en el lugar de los hechos. El celular que ahora se supone… https://t.co/Co35SF6uxJ
— Cielo Rusinque Urrego🇨🇴🇫🇷 (@cielo_rusinque) June 9, 2025
El país exige respuestas claras sobre quién y por qué atentó contra Miguel Uribe, pero Caracol Radio, uno de los grandes medios del país, prefirió apresurarse a publicar información falsa antes que verificar su origen y veracidad. ¿Descuido o estrategia mediática? ¿Error o narrativa deliberada?