¡Delirante voltereta de Lozano! Ahora desprecia la consulta popular que antes usó junto con Claudia López

Angélica Lozano ahora le teme a la voz del pueblo: rechaza la consulta popular que antes defendía y prefiere dejar la reforma laboral en manos del Congreso.

En un giro que ha levantado duras críticas y dejado a muchos boquiabiertos, la senadora Angélica Lozano, de la Alianza Verde, salió a descalificar la posibilidad de una consulta popular sobre la reforma laboral, tachándola de “vuelta larga” y sin sentido. Lo irónico es que esta misma figura fue la que ella impulsó con fuerza años atrás para promover la consulta anticorrupción, esa que costó más de 310 mil millones de pesos y terminó en nada, salvo en el impulso político que catapultó a su esposa, Claudia López, a la Alcaldía de Bogotá.

“No tendría razón de ser la consulta”, declaró Lozano con vehemencia tras el primer debate en el Senado, respaldando en cambio la apelación presentada por el senador Fabián Díaz para revivir el trámite legislativo de la reforma archivada. Según ella, si el Congreso “trabaja con juicio”, el proyecto podría ser ley en seis semanas.

Pero las declaraciones de Lozano no cayeron bien. Su rechazo a la consulta fue interpretado por muchos como una maniobra política para evitar que el pueblo tenga la última palabra. El director del Departamento de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, fue directo: “No quieren que haya Consulta Popular porque saben que el pueblo ya se empoderó y legislará en las urnas. Están asustados porque al negar con prepotencia e intereses velados las reformas sociales del gobierno, le abrieron la puerta a la democracia directa y ese camino no tiene reversa. Nuestras bancadas no cederán”.

Incluso desde el Congreso le recordaron su pasado. La representante María del Mar Pizarro le lanzó una pregunta contundente: “Senadora, ¿entonces ustedes utilizaron la consulta popular para catapultar a Claudia López a la alcaldía de Bogotá? ¿Hicieron campaña con dinero público?”

Beto Coral, activista y crítico, tampoco no se quedó callado: “Mire quién habla de consultas costosas, la señora que promovió una consulta anticorrupción que costó más de 310 mil millones de pesos y no sirvió para nada. Eso sí: le sirvió para catapultar a su esposa a la Alcaldía, donde terminó rodeada de escándalos, corrupción, contratos a dedo y favores a familiares. El legado de ese matrimonio ha sido nefasto”.

Lo cierto es que el debate sobre la reforma laboral sigue al rojo vivo. Mientras el gobierno insiste en abrirle la puerta a la participación ciudadana, sectores tradicionales del Congreso parecen temerle al juicio del pueblo en las urnas.

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