¡Insólito! Galán perdona millonaria multa a contratista chino que incumplió obra del metro por dos años

La Alcaldía de Galán le perdonó más de $6.400 millones al concesionario chino del metro, pese a casi dos años de demoras en la obra de la calle 72.

¿Perdón o premio? Eso es lo que se preguntan cientos de ciudadanos luego de que se conociera que la Alcaldía de Bogotá, bajo la dirección de Carlos Fernando Galán, cerró el proceso sancionatorio contra el consorcio chino Metro Línea 1, responsable de los inexplicables retrasos en la entrega del intercambiador vial de la calle 72, una obra clave para la primera línea del metro.

El silencio del Distrito frente a los casi dos años de incumplimientos del concesionario terminó en un escándalo: no cobraron la millonaria multa, que según cálculos superaba los $6.405 millones. A cambio, la Empresa Metro de Bogotá (EMB) apenas reportó un descuento de $1.281 millones, cifra irrisoria si se tiene en cuenta el impacto de los retrasos en movilidad, comercio y seguridad en la zona.

“El alcalde y la Empresa Metro de Bogotá premiaron al concesionario por no cumplir con seis fechas de entrega. Vale recordar que esta obra estaba programada para enero de 2023 y se entregó hace unos meses”, denunció la concejal Heidy Sánchez, del Pacto Histórico, quien reveló el escándalo a través de un derecho de petición. La respuesta oficial llegó el pasado 12 de junio: la Alcaldía decidió cerrar el caso porque el incumplimiento “ya había cesado”.

La explicación de la EMB, lejos de aclarar, encendió más las alarmas: “En el desarrollo del proceso sancionatorio, la interventoría reportó como finalizada la obra, razón por la que… se suspendió cualquier tipo de sanción al no ser jurídicamente procedente”, señaló la entidad en un comunicado. Así, un simple informe técnico habría bastado para revocar la resolución que declaraba el incumplimiento contractual.

Fuentes del consorcio chino confirmaron que presentaron un recurso de reposición, alegando tropiezos como hallazgos arqueológicos, suelos húmedos y hasta el clima, y que sus argumentos fueron aceptados sin mayor resistencia. “Se evidenció el cumplimiento contractual”, justificaron.

Pero la historia no cuadra. La obra fue reprogramada no una, ni dos, sino hasta seis veces. A pesar de los repetidos fracasos en las fechas de entrega, enero de 2023, octubre de 2024, diciembre de 2024 y finalmente febrero de 2025, la administración Galán optó por dar por terminado el proceso sancionatorio sin sanción alguna. Todo esto, mientras la ciudad pagaba los platos rotos de una vía cerrada, comerciantes quebrados y miles de transeúntes atrapados en un caos diario.

Además, el Distrito fue ambiguo sobre los detalles técnicos del cierre del proceso. No se entregó un balance real del perjuicio causado ni se explicó por qué no se aplicó todo el peso de la ley, como exige la Ley 1474 de 2011, que sí permite cesar un proceso si se supera el incumplimiento, pero no obliga a perdonar los perjuicios causados ni exime de responsabilidad retroactiva.

Y aunque la Empresa Metro insiste en que el megaproyecto avanza según cronograma y que los pagos se han hecho por avances, los bogotanos se preguntan: ¿quién responde por los millones perdonados? ¿Por qué premiar al que incumple? ¿Y cuál es el mensaje para los demás contratistas?

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